Giuseppe Scaraffia elabora un incisivo diccionario con términos que van desde Animal hasta Vulgar pasando por Cigarro y Satanismo. El dandi, siguiendo a Baudelaire, es la avanzadilla del arte moderno, su aspecto más cómico y brutal. Pero para Scaraffia, que rastrea su influencia hasta el siglo xxi, es mucho más: un filósofo que nos hace replantearnos nuestra relación con los objetos y con la sociedad.
En la sociedad capitalista, escribir y no hacer nada son la misma cosa; antes bien, el movimiento de la mano que escribe se convierte en caricatura del movimiento inherente a la producción industrial. El autor no produce nada con la escritura, no crea mercancías, sino un vago centelleo.
Ni los honores ni el dinero atrajeron jamás a este misterioso personaje. Del mismo modo que su elegancia se expresaba mediante el menor número posible de colores y adornos, así su espíritu se expresaba en escuetas y mordaces ocurrencias, en un peculiar tono de voz y, sobre todo, en un no menos peculiar modo de callar.