Bosque de lamentos es una invitación a un espacio en el que el suspenso en clave de horror llega a intensos picos de incertidumbre, desazón y zozobra. Dánae R.S. sabe llevar al lector por la ruta de lo misterioso y sostiene con acertada elocuencia el ámbito invisible que fluye ante los ojos de los seres comunes. El mundo que nos revela esta novela es una sorprendente realidad, en la que la fragilidad de su equilibrio exige un gran secretismo. En este sentido, enfrentar el mal no es cosa sencilla, pero entender el bien resulta más complejo y desgastante. Más aun, comprender nuestro propósito significa haber aprendido a enfrentar lo que todo espejo refleja cuando nos observamos detenidamente. Lluvias, tormentas y muertes parecen alimentar a los seres malignos que recorren el bosque, y los recursos para detener la maldición desatada no son suficientes ni el pulso de quienes han decidido luchar es tan firme como se espera. ¿Será acaso que el enemigo está más cerca de lo que imaginamos? Como diría Stephen King: «Los monstruos son reales y los fantasmas son reales también. Viven dentro de nosotros y a veces ellos ganan». O como precisaría Agatha Christie para completar el universo que empieza a desarrollar Dánae R.S. con esta novela: «La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano».
