Poco se sabe de la verdadera historia del Salvaje Oeste. El cine y la literatura han ofrecido a menudo una visión distorsionada de este convulso período histórico. Así, pistoleros y asesinos se convirtieron en legendarios forajidos y míticos héroes. La realidad es que muchos de ellos como Ben Thompson, Wild Bill Hickok o Wyatt Earp, actuaron amparados por la ley que imponían sus placas y otros como Jesse James, Billy el Niño o Sam Blass actuaron alentados por construir su propia leyenda. Hubo también quienes, escudándose detrás de la toga de juez, impusieron con arrogancia y prepotencia su ley como es el caso de Roy Bean o Isaac Parker. Los saloons, las casas de juego y los burdeles fueron escenario de borracheras, peleas, duelos y míticos tiroteos. En las páginas de la Breve Historia del Salvaje Oeste cabalgan los más conspicuos pistoleros, los más desalmados bandoleros, los más intrépidos sheriffs, las mujeres más audaces, como la mítica Calamity Jane o Belle Star y todos aquellos personajes que alcanzaron el renombre por vivir y morir con la pólvora en la sangre.
