«El chico que diste por muerto contiene una confesión, la confesión de alguien huido, borrado, desaparecido hace muchos años, que decide por fin hacerse presente, hacerse discurso y narrar su aventura llena de desventuras y horror, de abismos e indecencia. La voz del narrador, la del chico al que dieron por muerto relata sus episodios biográficos, un secuestro, una violación, otras violaciones, un amor, muchas muertes, con una impasibilidad conmovedora, como si todo lo que cuenta le hubiese pasado a otro. De emoción contenida, y llena de momentos salvajes, El chico que diste por muerto confirma la condición de chico malo de las letras peruanas de hoy de Ponce Gambirazio y nos revela, después de Un trámite difícil y Una vida distinta (ambas publicadas por Pre- Textos), al propietario de una voz auténtica e inconfundible en el panorama de las literaturas en español.»