El autor de este ensayo ha experimentado con el Teatro No. El libro supone un acercamiento apasionado a un género exótico y también como manual de aproximación a uno de los valores artísticos del acervo cultural de Japón. A ser el Teatro No un arte clásico del Japón que basa sus temas en leyendas e historias más antiguas que él, algunas de procedencia china, puede parecernos un arte exótico o poco familiar si lo comparamos con nuestra tradicional forma de escenificar. Introducido a modo de breves narraciones puede sernos más fácil adentrarnos en su mundo profundo, acervo básico de la Cultura japonesa, y una magnífica referencia para entender parte de algunos argumentos en que se apoyan las actuales artes visuales y escénicas que nos llegan desde el cada vez más cercano país. // El No viene a significar fuerza , potencia , incluso duende , confluyendo en él un texto muy poético, en prosa y en verso, narrado o cantado de forma rítmica, el particular y a veces superior colorido de los trajes, un escenario especial más que propio, las formas estilizadas y escuetas de los pocos elementos añadidos en la escena, la combinación de drama, lírica, y épica, y una temática que abarca desde relatos mitológicos, hechos históricos y leyendas varias, por lo que se puede decir que los componentes de este teatro presentan muy variados mundos enlazados con coros y con música ritual, con un actor principal componiendo leves movimientos llenos de belleza, otras veces vivos y llenos de movilidad. La magia que emana con la utilización por el primer actor de las caracterizadas caretas, según el rol a representar, acrecienta la atmósfera del No dejando al espectador a solas consigo mismo, con aquella parte que permanece oculta en él y que fluye a través del diálogo escénico donde quien pregunta, en definitiva, es la representación toda.