El presente ensayo estudia la relación entre el lenguaje, el campo semántico de " generación " (del gene a la gente y al género), y la técnica, sobre la base al pensamiento de Heidegger y de su descendencia intelectual. Partiendo de la crítica al subjetivismo moderno, que desemboca en el nihilismo, Heidegger pondrá en entredicho el modelo humanista antropocéntrico, describiendo más bien al hombre como " pastor del ser " . Pero aparecen unos pocos " guías " o conductores.
Gadamer " urbanizará " el territorio heideggeriano al convertir el ser en " tradición " , en la cual se conjugan historia y lenguaje. De acuerdo con esta concepción, ser hombre consistiría en ser un buen traductor. De este modo desaparecería (idealmente) el problema del " liderazgo " .
Por último Sloterdijk pondrá el sentido del ser en la técnica y su desarrollo histórico, siendo en este caso el hombre el agente capaz de convertir señales sensitivas procedentes del entorno en signos: primero lingüísticos, después electrónicos y hoy biotecnogenéticos. De acuerdo con esta función, el hombre podría ser visto como un transductor.