Cuando en 1877 aparece Gloria, Galdós no era ni un autor novel ni un desconocido, encarnaba un tipo de escritor nuevo, profesional e independiente, que se labraba el éxito sin apoyos oficiales. Gloria consagró a Galdós convirtiéndolo, a juicio de sus contemporáneos, en el mejor novelista de su generación y en el primero de los novelistas españoles de su tiempo. Adscrita al género de la novela ideológica, más tarde conocida como novela de tesis, la concepción, escritura y publicación de Gloria coincidieron con importantes episodios de la historia nacional. Pero Gloria es, ante todo, una obra inolvidable. Como novedad esencial, en esta obra Galdós ofrece el primer ejemplo en su novelística de una mujer como protagonista, una mujer que nada tiene que ver con la heroína sumisa y dócil del folletín, sino un personaje con una personalidad vigorosa que defiende su inteligencia y su voluntad en un mundo antagónico.