Hasta 1977, Sendero Luminoso era uno de los numerosos grupos de la izquierda radical peruana que pregonaban la necesidad de la lucha armada para conquistar el poder [...]. Sin embargo, no hay violencia política sin discurso; así la aparición de una fi gura cosmocrática y la construcción de una comunidad de discurso alrededor de su líder explica la transformación de Sendero Luminoso, [...] Esa transformación fue el elemento clave que impulsó a dicho grupo a desencadenar la violencia a partir de 1980 y contribuye a explicar su virulencia, la capacidad de resistencia y crecimiento de Sendero Luminoso en la década de 1980, así como su súbito colapso luego de la captura de su líder en 1992.
Los años de violencia terrorista y los errores en la forma en que esta se enfrentó han dejado un sobredimensionamiento del papel político de las Fuerzas Armadas. Corresponde a civiles y militares un trabajo paciente y responsable para desmontar los mecanismos que generan la politización de las Fuerzas Armadas y la militarización de la vida social, para construir un marco democrático y moderno de relaciones cívico-militares, tal vez por primera vez en nuestra historia. En el actual contexto, será una tarea larga y cuesta arriba. Pero indispensable si queremos un país viable para el siglo XXI.