En La anarquía inmanentista de Manuel González Prada, Thomas Ward ofrece una interpretación perspicaz de la obra del intelectual peruano. Fruto de más de diez años de investigaciones, el libro resalta la originalidad de la propuesta anarquista de González Prada, basada en la combinación de las ideas del positivismo de Comte, la imagen de Cristo creada por Ernest Renan, las teorías anarquistas de Miguel Bakunin y Pedro Kropotkin, y las ideas de Pierre Joseph Proudhon y León Tolstoi. [...] El gran aporte del libro es demostrar el error de calificar de ateo a González Prada, pues su anarquismo se basa más bien en su espiritualidad, y su admiración por el Jesucristo revolucionario descrito por Renan. El capítulo que da inicio a la primera parte... estudia la influencia del positivismo de Comte. Basado en esta teoría, González Prada afirmó que el Perú se encontraba al nivel del estado teológico comtiano, debido al gran poder de la Iglesia Católica en la sociedad. El segundo y el tercer capítulos se centran en la inmanencia y las influencias de Lucrecio, Spinoza y Renan. Según Ward, el inmanentismo de González Prada se basa en "la vida renaniana de Jesucristo" (61) que rechaza los formulismos y ritos católicos. El papel de los sacerdotes que funcionaban como pequeños dioses llevó a González Prada a calificar al catolicismo de religión primitiva politeísta, como lo sugiere Ward en el capítulo cuarto. En el último capítulo, Ward presenta la crítica que hace González Prada contra la falta de separación entre la iglesia y el estado, que considera la causante del retraso del Perú. Los cinco capítulos de la segunda parte, "El poder temporal", estudian el desarrollo de las ideas anarquistas del pensador peruano. La influencia de los anarquistas... es el tema del capítulo séptimo. El octavo describe el momento decisivo en que González Prada deja de interesarse en la política y las leyes, para enfocarse en la moral individual. Así empieza a abogar por el anarquismo absoluto, negando los poderes económico, religioso y político. En el capítulo nueve... se explica la importancia de la imagen del Cristo revolucionario, quien luchó contra el mal en el mundo rebelándose contra las jerarquías y los poderes de la sociedad. El décimo capítulo destaca la crítica contra la abulia de su sociedad, que vivía subyugada a los poderes religioso, político y económico. Según Ward, González Prada propone un acuerdo entre los ciudadanos para reemplazar unas leyes que no permitían la libertad individual. En el capítulo final... Ward resalta la propuesta de González Prada de que los peruanos sean puros y libres a base de orientar su moral por medio de su voluntad interior. Ward resume la filosofía de González Prada afirmando que el individuo inmanente es el que rechaza todo lo sobrenatural y, al liberarse de los poderes religioso, político y económico, es capaz de controlar su propio destino y establecer una sociedad de armonía, regida por el acuerdo mutuo, la caridad y la hermandad. Aunque, como afirma Ward, González Prada no ofrece una propuesta pragmática para solucionar los problemas del Perú, el libro sí es una importante contribución para entender la valoración del aporte del intelectual peruano, pues muestra el desarrollo de su teoría anarquista y la originalidad y belleza de sus ideas. Ward resume sus conclusiones de la siguente manera: "No obstante la sencillez del pensamiento gonzález-pradiano, es bello" (143).ROSSANA V. PATTRONI, Georgia College and State University, Hispanófila (USA) 141 (2004): 137-138
Ward, en suma, nos ofrece en este libro un completo análisis de la utopía protocristiana de González Prada; su análisis deseca las ideas de este escritor, contextualizándolo correctamente dentro del pensamiento finisecular. Su trabajo, dentro de la bibliografía existente, es una aportación fundamental que nos permite acceder a uno de los puntales del modernismo hispanoamericano. Pero además de todo esto, el libro está lleno de sugerencias para lecturas ulteriores, como sus consideraciones sobre budismo, que podrían llevar a entroncarle con Antero Quental, su prodhonismo, así como sus interrelaciones con Unamuno que creo que son mayores de lo qe la crítica ha señalado hasta ahora.
RICARDO DE LA FUENTE BALLESTEROS
Universidad de Valladolid
Siglo Diecinueve 7 (2001): 301-303