En este estudio, el prestigioso historiador Peter Burke analiza, con una visión de largo recorrido de extraordinaria erudición, la contribución que exiliados y expatriados han hecho a la historia intelectual y cultural de Occidente. Para el autor, el primer y más obvio aporte de esta cultura en movimiento ha sido evitar el anquilosamiento y regionalismo del conocimiento. El encuentro entre eruditos de diferentes culturas ha sido, históricamente, una forma de educación y conocimiento para ambas partes, exponiéndolas a oportunidades de investigación y formas alternativas de pensar. Así, la ?desprovincialización? fue en parte el resultado de la mediación, ya que muchos emigrados ejercieron de transmisores de su cultura materna en su ´tierra de acogida´, y viceversa.