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02 DIC

La Cenicienta y su verdadero origen

por Juan Ortiz
La Cenicienta y su verdadero origen

En 1950 Disney llevó a la pantalla su versión animada de La Cenicienta. Para su película se inspiró en la versión del autor francés Charles Perrault. Sin embargo, lo que sorprende, cuando investigas un poco sobre el trasfondo de la historia, es que La Cenicienta data desde los egipcios, al menos. Este cuento de hadas es típico del continente eurásico. Tal y como se acaba de señalar, Disney eligió la versión de Charles Perrault por su inocencia por encima de la versión de los alemanes Grimm.

Para los egipcios era la historia de Ródope, o Rhodopis, para los romanos era el cuento de la mujer con el pequeño pie, elemento que se repite y mantiene en la mayoría de las versiones. Y así muchas otras culturas de Euroasia han pasado la historia de La Cenicienta de boca a boca. La de Perrault y la de los hermanos Grimm se imprimieron en libros de cuentos infantiles, por lo que estas versiones se convirtieron “en las oficiales”.

 

La Cenicienta de Perrault y la de Los Hermanos Grimm

Mismos comienzos

Las diferencias entre ambas versiones son bastante macabras. En ambas historias es una niña huérfana de madre y que queda a merced de la nueva esposa de su padre y las hijas que ella trae consigo. La fiesta que lanza el príncipe dura 3 días, por lo que ella es bendecida por la madrina o por un pájaro que habla durante estos tres días.

La condición siempre es la misma, a la medianoche se acaba el encanto. Las primeras dos noches ella logra huir, pero el príncipe manda a poner pegamento en las escaleras, de esta manera el pequeño zapato de Cenicienta se queda en la escalera.

 

Finales muy diferentes y variantes macabras con mutilaciones

Al buscar la dueña del pequeño zapato y llegar a casa de Cenicienta solo las hermanastras salen. Aquí el final francés y el de Disney son similares, pero el de los Grimm empieza a tornarse oscuro.

 

Al no entrar el pie de la primera hija, su madre le dice que se corte los dedos, convenciéndola que cuando sea reina no tendrá que caminar. El príncipe la ve con el zapato y empieza a abandonar el recinto con su futura esposa, pero unas palomas le dicen que ese zapato no es de ella.

Al notar la sangre en el zapato regresa y decide probar en la otra hermana. Nuevamente el pequeño zapato de cristal no entra en el pie de la segunda hija, la madre entonces la convence de cortarse el talón con la misma excusa que a la primera le hizo cortarse los dedos. Una vez más las palomas le advierten al príncipe que esa tampoco es la chica correcta.

Entonces aparece Cenicienta, a quien el zapato le queda a la perfección. Tanto la madrastra como las hermanastras son invitadas a la boda, pero unos cuervos les extraen sus ojos dejándolas ciegas.

 

La Cenicienta griega

Algo bien interesante es que Cenicienta siempre es rubia con ojos verdes y piel clara. Esto se debe a que en la versión griega Cenicienta llegaba a Egipto como esclava. El hombre que la compra es muy amable, pero las demás mujeres del lugar la molestan por ser tan diferente a ellas, el sobrenombre era Mejillas Rosadas. No son hermanas las que le hacen la vida imposible a la Cenicienta griega, pero el argumento general es bastante similar.

 

Un argumento común y repetitivo

La Cenicienta nos demuestra que el argumento de la joven hermosa, maltratada y denigrada es tan antiguo como el ser humano. El sueño dorado de pasar de la pobreza extrema a los lujos y la comodidad por un simple golpe de suerte nos ha acompañado desde las épocas más antiguas.

Disney sabía lo que hacía al convertir cuentos y novelas clásicas en películas animadas. Las historias ya habían calado en la memoria popular, lo que asegura que siempre sean un éxito en la gran pantalla.

 

 

Fuente: Actualidad literaria.

 

 

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