Este poemario le canta a la tierra que nos vio abrir los ojos, caminar nuestros primeros pasos, aprender nuestro idioma materno, disfrutar de nuestras amistades primigenias, amar por primera vez, conocer la magia y la tragedia del mundo. Los poemas de este libro nos enseñan a valorar las pequeñas cosas que, a veces, no estimamos trascendentales pese a que son las que nos acompañan cada minuto, hora o día en nuestras vidas en familia, pareja o amistades. En específico, le canta a la patria chica, es decir, a aquel paraje donde el hombre asume su existencia con amor, experiencia y razón.
Francois Villanueva Paravicino