El paradigma de Escuchando tras la puerta es posmoderno. Belevan niega el proyecto de la novela total y opone su revés: la fragmentación. Se opone al registro realista mimético verosímil decimonónico mediante el registro de expresión fantástica; al lenguaje como transmisor de la realidad opone un lenguaje que construye otra realidad (la llamada tercera realidad del prólogo vargasllosiano). A ello se suma el humor, la parodia, la presencia de lo que hoy se conoce como lo metarreal y la fantasía. E incluso puede entenderse como su proyecto como una versión culta de lo que se denomina fanfiction. (Elton Honores)