Los versos únicos de Las flores del mal, irrepetibles en su particular revelación de la imperfecta, a veces aberrante naturaleza de los hombres, suponen la culminación de siglo y medio de romanticismo. En su tiempo significaron una explosión de espíritu revulsivo y provocaron una marejada de críticas, desconcierto y desaprobaciones; si bien a partir del siglo xx se los reconoció como precursores de la mayor poesía contemporánea.