Desde el inicio de los tiempos y de la humanidad, quienes asumieron el titánico oficio de descifrar el universo eran considerados seres iluminados. Ellos congregaban a sus congéneres y a través de sus relatos orales, muchas veces acompañados con música, describían la furia del trueno, de los vientos, del sol, la luna y las estrellas. Y también la cuestión inacabable de definir el ser. Y el estar. Y poco a poco estos relatos creados por ellos fueron tomando forma y constitución: nacieron entonces los mitos, las leyendas, que se convirtieron luego en historias, relatos, sagas. Y posteriormente, como en una imparable ramificación, se originaron las disciplinas científicas y las teorías del conocimiento. Y finalmente, las religiones, las artes y la literatura en que la poesía quedó confinada a la forma en que la conocemos hoy en día: el arte de la escritura en verso al que solo se dedican unos cuantos y como entretenimiento. Pero la poesía estaba, ya en los inicios, como una actividad fundacional. T. S. Eliot[1] llamaría a esta vorágine evolutiva la función social de la poesía. Pero en realidad es más que eso: es una forma de vivir y de entender la condición humana, un vehículo supremo que confluye y que hace uno al hombre con el universo todo.
Y esta visión es, precisamente, la que percibimos de primera mano cuando comenzamos la lectura de Ofertorio, la antología poética personal de Roger Santiváñez (Piura, 1956), publicación que fue presentada en julio de 2018 en Lima y que resume su prolífico e intenso trabajo lírico. Desde que abrimos el libro, comprobamos que nos acercamos a un escritor posicionado, cuya pluma ha transitado por diferentes caminos estéticos en que sus intensas experiencias vitales se han volcado: desde su infancia y adolescencia en Piura, sus primeros escarceos con la poesía, su paso y residencia en la capital del Perú, pasando por su descenso posterior a los infiernos y su posterior redención en nombre de la actividad que había decidido hacer suya, y en que su lengua y arte poética alcanzan madurez y consolidación.